sábado, 2 de abril de 2011

Los Pueblos Negros


Esta nueva ruta prometía muchísimo. Un recorrido por una de las mas bellas zonas de Guadalajara, de la mano de una guia de una prestigiosa marca de TT´s.


La ruta empezó bien. A la hora convenida nos vimos con Ivan en Madrid y salimos hacia Tamajón los dos coches. Una vez pasamos Guadalajara decidimos parar en la primera gasolinera que encontrásemos. Por supuesto no encontramos ninguna, por lo que en Tamajón preguntamos a una lugareña, que amablemente, nos explicó que la gasolinera mas cercana estaba en Espinosa de Henares, a 20 km de allí. Y eso, por las carreteras de mierda de por allí. Perdón.. ¿dije de mierda? esos bucólicos caminos serpenteantes entre montañas.


El caso es ke por fin, comenzamos la ruta. La casilla 1 del rutómetro estaba claro, era la salida. La 2 también, el cementerio del pueblo que dejábamos a nuestra derecha.. a partir de aquí nos perdimos.


VAYA MIERDA DE RUTOMETRO.

Así, con mayúsculas. Con dos cojones.

VAYA MIERDA.


A fuerza de meternos por caminos y de dar marcha atras, y de que Ivan había estado ya por aki de ruta y le sonaba , conseguimos encontrar el camino correcto muchísimo tiempo después. Un camino divertidísimo por cierto, muy roto y a tramos muy dificil también.


Como se había hecho muy tarde, decidimos comer en las ruinas de la Abadía de Bonaval. Un antiguo monasterio cisterciense del que apenas sobreviven las ruinas de su iglesia. Por supuesto, el camino estaba cerrado con una cadena.. así que tocó dejar el coche aparcado en la carretera e ir andando por un camino que se internaba en un robledal durante un kilómetro o así, hasta llegar a las ruinas. En circunstancias normales no habría problema en dar ese paseo. Pero, con el asma que tengo desde que he dejado de fumar.. empujando la silla de Arantxa todo el rato... y encima por un camino de gravilla infernal donde las ruedas de la silla se kedaban atascadas todo el rato... a sido una auténtica tortura.. sobre todo la vuelta, cuesta arriba y recién comidos.


Cuando llegamos de nuevo a la carretera solo podía acordarme de los antepasados y descendientes hasta el octavo nivel, del que se le ocurrió la feliz idea de comer allí, que fue a mí, por cierto.


Después de este mal trago, seguimos la ruta que continuaba hasta la Presa del Vado, donde, de nuevo, la mierda del rutómetro no nos sirvió de nada... por ke siguiéndolo... acabamos en los sembrados de algún lugareño.


Como estábamos todos hasta las narices del rutómetro, y como la aventura es la aventura, pues eso, que nos aventuramos por un camino que no tenía mala pinta. ¡¡Por fin !! No era el camino de la ruta, pero daba igual, era un camino en condiciones. Serpenteaba a través de las montañas, bajando a los valles y cumbreando al momento siguiente. Si vas de paseo ese camino está muy bien, pero no tiene nada o casi nada de diversión. Ventitantos km después por ese camino, llegamos a Valdepeñas de la Sierra, donde paramos a tomar unos refrescos, en uno de esos típicos locales pintorescos de los pueblos, también llamados "Bar Paco". Allí decidimos que estábamos un poco hasta el saco escrotal de conducir y ke lo dejábamos por hoy, así ke ya hemos enfilado de vuelta a Madrid y a nuestras casitas a descansar.


Ya sabeís, todas las fotos en el feisbu


Hasta la próxima ruta.

2 comentarios:

Manuel Andrés dijo...

...la proxima sin rutometro, a la aventura total...jiji

brokel dijo...

ya te digo jajajaja
el rutometro para la chasca de las chuletas xDD